Con más de setenta años de edad, y aunque vive un poco alejada del lugar, invariablemente asiste cada dos días, entre cinco y media y seis de la mañana, para garantizarse el abastecimiento para sus mascotas, las que encontró deambulando en la calle.
Somos el mayor depredador de la naturaleza y de nosotros mismos
El medio ambiente no es algo distinto a nosotros mismos. Lo que hagamos contra la naturaleza, se refleja siempre en nuestra vida y nuestros cuerpos.
Incapacidades humanas
Mis vecinos abandonaron un gatico en mi patio, que recogí, alimenté y curé.
