Ciudades que se hunden: amenaza bajo nuestros pies

¿Te imaginas que tu ciudad se esté hundiendo centímetro a centímetro sin que nadie lo note? No es una historia de ciencia ficción ni un desastre futuro: ya está ocurriendo, silenciosamente, en muchas de las ciudades más importantes de Estados Unidos.

Desde Houston hasta Miami, millones de personas viven sobre terrenos que descienden poco a poco, poniendo en riesgo sus hogares, calles e infraestructuras críticas.

Este fenómeno, conocido como subsidencia, es una amenaza invisible pero poderosa que se combina con el aumento del nivel del mar y el cambio climático, agravando los riesgos de inundaciones y colapsos estructurales.

En este artículo, exploramos a fondo por qué está ocurriendo, qué ciudades están en mayor peligro —incluidas varias en Florida—, y qué soluciones urgentes necesitamos implementar para enfrentar este desafío geológico y urbano del siglo XXI.


Subsidencia

La subsidencia es el hundimiento gradual del suelo, un fenómeno que puede pasar desapercibido durante años. Sin embargo, sus efectos son significativos: puede dañar infraestructuras, aumentar el riesgo de inundaciones y afectar la habitabilidad de las ciudades.

Este proceso puede ser causado por actividades humanas, como la extracción excesiva de agua subterránea, la explotación de petróleo y gas, y el peso de las construcciones, así como por procesos naturales como la compactación del suelo y el ajuste post-glacial.


Ciudades de EE. UU. más afectadas por la subsidencia

Un estudio publicado en Nature Cities identificó las ciudades más afectadas por la subsidencia en EE. UU. A continuación, se presenta una lista de algunas de las más impactadas:

CiudadTasa de subsidencia estimadaCausas principales
Houston, TXHasta 5 cm/añoExtracción de agua subterránea y petróleo/gas
San Francisco, CAHasta 5 cm/añoCompactación del suelo en áreas ganadas al mar
San Diego, CAVariadaActividad humana e industrial
Dallas, TXSignificativaExtracción de agua subterránea
Fort Worth, TXSignificativaExtracción de agua subterránea
New Orleans, LAHasta 5 cm/añoExtracción de agua subterránea y compactación del suelo
Nueva York, NY1-2 mm/añoPeso de edificaciones y ajuste post-glacial
Miami, FLVariableDesarrollo urbano y presión sobre acuíferos
Charleston, SC4 mm/añoExtracción de agua subterránea y compactación del suelo
Norfolk, VA3.5 mm/añoAjuste post-glacial y extracción de agua
Tampa Bay, FLHasta 6 mm/añoExtracción de agua subterránea
Corcoran, CAHasta 11.5 pies en 14 añosAgricultura intensiva y extracción de agua

Estas ciudades enfrentan desafíos significativos debido al hundimiento del suelo, lo que afecta a millones de residentes y miles de estructuras.


Causas principales de la subsidencia

Las causas del hundimiento del suelo en las ciudades de Estados Unidos son variadas, aunque una de las más comunes es la extracción excesiva de agua subterránea. Esta práctica reduce la presión en los poros del suelo, lo que lleva a su compactación y provoca que el terreno se hunda de forma gradual.

Este fenómeno es especialmente notable en ciudades que dependen de acuíferos para abastecer a sus crecientes poblaciones.

Además del agua, la explotación de recursos naturales como el petróleo y el gas también puede ser una causa significativa de subsidencia. La extracción de estos materiales del subsuelo altera el equilibrio estructural de las formaciones geológicas, lo que lleva a colapsos internos y descensos del nivel del suelo.

Otra causa importante, especialmente en ciudades altamente urbanizadas, es el peso de las construcciones. El peso acumulado de rascacielos, carreteras y otras infraestructuras puede generar presión sobre el terreno, provocando su compactación y, por lo tanto, su hundimiento progresivo.

Este fenómeno se ha documentado en ciudades como Nueva York, donde el peso de los edificios contribuye al descenso del nivel del terreno.

También hay causas naturales en juego. En muchas zonas del noreste de Estados Unidos, el ajuste post-glacial desempeña un papel clave: estas áreas estaban cubiertas por gruesas capas de hielo durante la última Edad de Hielo.

Al derretirse esos glaciares, el suelo comenzó a asentarse lentamente, un proceso que todavía continúa.

Por último, la compactación natural de los sedimentos del suelo y la descomposición de materiales orgánicos pueden contribuir al hundimiento en áreas con suelos blandos o húmedos, como los del sur de Luisiana o partes de California.


Impactos en la infraestructura y la vida urbana

Los efectos de la subsidencia sobre las ciudades son múltiples y graves. Uno de los más visibles es el daño estructural que puede producirse en edificios, puentes, represas y carreteras.

A medida que el terreno se hunde, incluso de forma milimétrica, pueden aparecer grietas en paredes y cimientos, y las estructuras pueden inclinarse, deformarse o perder su integridad. En algunas ciudades, estos efectos ya se están observando, y representan un riesgo creciente para la seguridad pública.

El hundimiento del suelo también agrava considerablemente el riesgo de inundaciones.

En muchas ciudades costeras, como Miami o Nueva Orleans, la subsidencia se combina con el aumento del nivel del mar para reducir la altura relativa del terreno, haciendo que las marejadas ciclónicas y las lluvias intensas inunden con mayor facilidad las zonas urbanas.

Incluso en ciudades interiores, la subsidencia puede afectar negativamente el drenaje natural, provocando acumulaciones de agua peligrosas durante tormentas.

Otro impacto importante es sobre los servicios públicos. Las redes de agua potable, alcantarillado, electricidad y gas están diseñadas para operar sobre un terreno estable.

Cuando ese terreno cambia de nivel, las tuberías pueden fracturarse, los cables subterráneos pueden dañarse, y los sistemas de drenaje pueden dejar de funcionar eficientemente. Esto, a su vez, genera costos económicos importantes, tanto para los gobiernos locales como para los propietarios de viviendas y negocios.


Soluciones y medidas de mitigación

A pesar de la magnitud del problema, existen estrategias concretas que pueden ayudar a mitigar los efectos de la subsidencia y, en algunos casos, evitar que se agrave. Una de las medidas más efectivas es la gestión sostenible del agua.

Esto implica limitar la extracción de agua subterránea, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas, y promover prácticas que permitan la recarga natural de los acuíferos, como el uso de pavimentos permeables o la recuperación de zonas verdes.

Otra estrategia clave es la implementación de regulaciones urbanas estrictas que controlen el desarrollo en áreas vulnerables.

Esto puede incluir restricciones a la construcción en terrenos inestables, así como la actualización de los códigos de construcción para que las nuevas infraestructuras estén preparadas para enfrentar los efectos de la subsidencia.

En algunos casos, también se pueden rediseñar barrios completos para adaptarlos a un terreno que cambia con el tiempo.

Las inversiones en infraestructura adaptativa son esenciales. Construir defensas contra inundaciones, como diques y sistemas de bombeo, y modernizar las redes de drenaje pluvial puede ayudar a minimizar los efectos de la subsidencia combinada con fenómenos climáticos extremos.

Además, el monitoreo constante del suelo, utilizando tecnología satelital de alta resolución y estudios geológicos en tiempo real, permite detectar cambios sutiles antes de que se conviertan en amenazas mayores.

Finalmente, concienciar a la ciudadanía y a los líderes locales es crucial. La subsidencia es una amenaza silenciosa, pero con información y planificación adecuada, las ciudades pueden prepararse y adaptarse, reduciendo tanto los riesgos como los costos a largo plazo.


El caso de Florida

Florida, conocida por su crecimiento urbano acelerado, no es ajena al fenómeno de la subsidencia.

Aunque en muchas áreas del estado el hundimiento del suelo avanza lentamente, la combinación de este proceso con el aumento del nivel del mar y las lluvias intensas genera una amenaza creciente para la infraestructura, la vivienda y la calidad de vida de millones de personas.

Una de las ciudades más vulnerables es Miami, donde el desarrollo urbano denso y la sobreexplotación del acuífero de Biscayne han contribuido a un lento pero sostenido hundimiento del suelo.

Aunque las tasas de subsidencia en Miami no son tan extremas como en Houston o Nueva Orleans, incluso unos pocos milímetros por año pueden tener efectos serios en zonas costeras y bajas.

La situación es especialmente preocupante en barrios como Brickell, Miami Beach y partes de Doral, donde la presión de la urbanización se une al riesgo de inundaciones por marejadas y lluvias extremas.

Tampa Bay es otro ejemplo importante. Estudios han detectado subsidencia de hasta 6 milímetros por año en algunas partes del área metropolitana, en gran parte atribuida a la extracción de agua subterránea. Esta región ya enfrenta problemas frecuentes de inundación, y el hundimiento del suelo empeora la situación.

Las ciudades de St. Petersburg, Clearwater y Brandon también están en la lista de zonas en vigilancia por su potencial riesgo geotécnico.

Más al norte, Jacksonville presenta una situación algo diferente. En el reciente estudio satelital que evaluó 28 grandes ciudades de EE. UU., Jacksonville fue una de las pocas que mostró un leve levantamiento del suelo (conocido como uplift), con tasas de apenas 0.1 a 0.3 milímetros por año.

Sin embargo, los expertos aclaran que este leve ascenso no es suficiente para contrarrestar los efectos del cambio climático ni representa una tendencia uniforme en toda la ciudad.

Además, en el centro del estado, zonas alrededor de Orlando y Lakeland también han experimentado subsidencia localizada.

En estos casos, el hundimiento ha estado relacionado con la actividad minera, especialmente la extracción de fosfato y la disolución de capas de piedra caliza, lo que puede contribuir a la formación de dolinas o sinkholes, un tipo extremo de subsidencia muy común en Florida.

La combinación de subsidencia y cambio climático representa un desafío urgente para el estado.

A medida que el nivel del mar sigue subiendo, cualquier descenso adicional del terreno por causas naturales o humanas multiplica el riesgo de desastres, especialmente en regiones costeras y áreas con alta densidad poblacional.

En este contexto, la adaptación urbana, la gestión del agua y la planificación del desarrollo deben ir de la mano con estrategias de monitoreo científico para anticipar y mitigar los efectos del hundimiento del suelo.

Florida no solo debe prepararse para el futuro, sino también actuar desde el presente. Las ciudades que reconozcan a tiempo los riesgos y trabajen con datos científicos en la toma de decisiones podrán proteger mejor a sus comunidades y garantizar una infraestructura resiliente frente a este fenómeno silencioso.


📚 Referencias utilizadas:

  1. USA TODAY. (2025, 8 de mayo). Big US cities are sinking. This map shows where the problem is the worst. https://www.usatoday.com/story/news/nation/2025/05/08/big-us-cities-are-sinking-which-city-is-sinking-fastest/83492473007/
  2. Nature Cities. (2025). City-scale ground deformation in the United States detected via high-resolution satellite data.
  3. NASA Earth Observatory. Subsidence: The Hidden Danger Beneath Our Feet. https://earthobservatory.nasa.gov/features/Subsidence
  4. United States Geological Survey (USGS). Land Subsidence in the United States. https://www.usgs.gov/special-topics/water-science-school/science/land-subsidence
  5. National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA). Sea Level Rise and Subsidence. https://www.noaa.gov
  6. Scientific American. (2023). Why Cities Like New York and Jakarta Are Sinking—and What We Can Do About It. https://www.scientificamerican.com/article/why-cities-like-new-york-and-jakarta-are-sinking-and-what-we-can-do-about-it/

Deja un comentario

Subir ↑

Descubre más desde Canal Guardabosques

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo