El maíz no solo es uno de los cereales más importantes del mundo, sino también un tesoro cultural que se nombra y celebra de formas muy distintas en cada región de América. Este grano dorado no solo alimenta cuerpos: también nutre identidades.

México: cuna del maíz
México es el centro de origen del maíz y el país con mayor diversidad genética del grano. Existen 64 variedades, de las cuales 59 son nativas. El maíz nativo es parte del patrimonio biocultural mexicano y constituye la base de su alimentación, cultura y tradición.

Se cree que la domesticación del maíz ocurrió en Oaxaca alrededor del año 4000 a.C., y sólo en ese estado se han registrado 35 variedades. Este cereal es tan vital que en muchas comunidades se considera sagrado, y su cultivo está lleno de conocimientos ancestrales transmitidos de generación en generación.
En la vida diaria, los mexicanos usan diversos términos según el estado del grano: elote para la mazorca tierna, mazorca para la espiga seca, y grano para los granos sueltos. Las tortillas, el atole, los tamales y los esquites son solo algunas formas de celebrar esta planta ancestral.
Cuba: del maíz tierno al maíz criollo
En Cuba, el maíz también tiene un lugar especial en la cultura campesina. Comúnmente se le llama simplemente «maíz», pero se distinguen con cuidado sus variedades y estados: maíz tierno para las mazorcas aptas para hervir o asar, maíz criollo para resaltar su origen local y tradicional, y maíz seco cuando ya ha madurado y sirve para hacer harina o alimento animal.

El tamal cubano o «tayuyo» (como le decían mis abuelos en Pinar del Río), la harina de maíz cocida, el majarete y el gofio son solo algunas de las preparaciones tradicionales que giran en torno al maíz. En el lenguaje popular, el maíz también está presente en expresiones como «estar como un maíz tierno», que alude a alguien joven y fuerte.
Estados Unidos: corn, sweet corn y feed corn
En Estados Unidos, el maíz es también un pilar agrícola, pero se lo percibe de manera distinta. El término general es corn, aunque también se especifica sweet corn para el que se consume directamente y feed corn para el destinado a animales. Es el mayor productor mundial, pero gran parte de su cultivo está destinado a la industria: alimento para ganado, jarabe de maíz, etanol y otros productos derivados.

En algunas regiones con fuerte presencia latina, especialmente en el sur de Florida, Texas o California, conviven los términos en inglés con expresiones en español heredadas de México, Centroamérica y el Caribe. Así, en los mercados locales uno puede encontrar «elotes», «mazorcas» o «choclos», según la comunidad.
Otros nombres del maíz en América Latina
- Choclo: Término común en Perú, Bolivia, Chile y Argentina para referirse al maíz tierno.
- Jojoto: En Venezuela se refiere al maíz tierno, y es clave en recetas como la cachapa.
- Elote: Predomina en México y Guatemala. De origen náhuatl (elotl).
- Mazorca: Término técnico o general usado en muchos países.
- Milho: Palabra portuguesa utilizada en Brasil.
Cada término revela algo más que una simple diferencia lingüística: habla de costumbres, de maneras de cultivar y preparar los alimentos, y de una relación ancestral con la tierra.
Más allá de América: el maíz en el mundo
Aunque el maíz es originario de América, su cultivo y consumo se ha expandido por todo el planeta.

- Sudáfrica: Es uno de los mayores consumidores de maíz fuera de América. El maíz blanco es el principal alimento básico y se utiliza para preparar el pap, una especie de puré espeso similar a la polenta. Es esencial en la dieta diaria, especialmente en comunidades rurales y periurbanas.
- China: Es el segundo productor mundial de maíz, después de Estados Unidos. Aunque gran parte del maíz se utiliza para alimentar animales o para producir etanol, también se consume directamente, sobre todo en forma de mazorcas cocidas o como harina para algunos platos tradicionales.
- Rumanía Ucrania y Europa del Este: En países como Rumanía, Moldavia y Ucrania, el maíz es la base del mămăligă, un plato tradicional similar a la polenta italiana. Esta harina de maíz cocida es acompañamiento típico en muchas comidas.

Al igual que otros alimentos, estos ejemplos muestran cómo el maíz ha echado raíces más allá de sus orígenes, adaptándose a nuevos climas, cocinas y culturas, pero siempre conservando su esencia de alimento universal.
Una planta que nos nombra a todos
Desde las tortillas mexicanas hasta el mămăligă rumano, el pap africano o el tamal cubano, el maíz es un símbolo de diversidad cultural y conexión global. Cada nombre local refleja una historia distinta, una receta tradicional, una manera de vivir. Es una planta que ha cruzado continentes y siglos, pero que sigue viva en el habla, el plato y el corazón de los pueblos de todo el mundo.
